“Todas las series de época se adaptan a la actualidad para llegar más al público"
- Lucía Llanos Sevilla
- 29 nov 2017
- 3 Min. de lectura
Helena Sanchís, diseñadora de vestuario cinematográfico
La reconocida figurinista Helena Sanchís lleva más de 30 años vistiendo a personajes para el teatro, la gran pantalla y la televisión. Ha trabajado en series como Hispania (2010), Gran Reserva (2010), Gran Hotel (2011), Velvet (2014), etc. También estuvo nominada a los Premios Goya del año 1995 por la película Días Contados de Imanol Uribe. Hoy en día se encuentra inmersa en el rodaje de la tercera temporada de Las chicas del cable(2016), la primera serie española producida por Netflix.

Su padre, José Sanchis Sinisterra, es uno de los dramaturgos más valorados de España. ¿Hasta qué punto ha influido en su vida profesional el crecer en un ambiente referente al mundo escénico?
Ha influido mucho. Recuerdo que la primera vez que fui al teatro fue de la mano de mi padre. Quedé tan fascinada por aquel mundo lleno de personajes e historias que contar que no dudé en querer dedicarme a ello. He crecido en un ambiente tan cultural y con tanta influencia teatral que no trabajar en ello podría llegar incluso a parecer extraño. De alguna manera, gracias a mi padre estoy donde soy.

“Actualmente se pretenden hacer series con tintes cinematográfico”
En los Goya de 1995 fue nominada al mejor diseño de vestuario por la película Días contados. ¿Cómo se consigue llegar hasta ahí?
Los primeros proyectos en los que tomé parte fueron teatrales. Esto me sirvió de trampolín para llegar al cine en el que, al igual que en el teatro, empecé como ayudantía. Tras mucho esfuerzo y trabajo tuve la suerte de trabajar en Días contados con el gran Imanol Uribe al que hoy en día considero un buen amigo. La película tuvo un éxito tan monumental que llegó a conseguir 17 nominaciones a los Premios Goya y entre ellas, la mía. Fue un año de emociones intensos que jamás olvidaré.
Lleva alrededor de 30 años trabajando como figurinista en reconocidas series y películas. ¿Qué diferencias ha notado en la forma de trabajar de sus primeros proyectos con los de ahora?
Las diferencias son inmensas. Cuando empecé en esta profesión, el cine estaba en un momento en el que había producciones nuevas prácticamente cada semana. Unos años después con la crisis económica, la industria sufrió un parón considerable y hoy en día se encuentra en un renacer importante. Además, antiguamente la televisión estaba considerada la hermana pobre y por lo tanto no se le daba el protagonismo necesario al vestuario, maquillaje, etc. Actualmente se pretenden hacer series con tintes cinematográficos donde se cuidan mucho más el formato , la fotografía, la dirección de arte y el vestuario. Se tienen en cuenta todos los detalles.
La mayoría de sus trabajos se caracterizan por ser vestuarios ambientados en el principio del siglo XX (Gran Hotel, Tiempos de guerra) o los años cincuenta (Velvet). ¿Qué elaboración previa se requiere para llegar al vestuario definitivo?
En todo proyecto existe una fase de documentación e investigación que va a estar presente durante todo el rodaje. En casos en los que el vestuario de la época ambientada es más complicado, se requiere la ayuda de algún historiador o asesor histórico para favorecer así la indagación y posibilitar un buceo más profundo en el arte, la pintura, la literatura, la fotografía, etc. También hay trabajos que suscitan un viaje de varios días para coger inspiración y nuevas ideas.
“El vestuario de época es mucho más reconocido entre el público”
Qué prefiere, ¿trabajar en vestuarios de actualidad o ambientados en otras épocas?
No sabría darte una respuesta clara, los dos estilos me apasionan. El vestuario de época es mucho más reconocido entre el público y trabajar con él puede ser más gratificante. En general se le da más valor. Aun así considero una injusticia la tendencia que hay a infravalorar el vestuario contemporáneo o actual ya que normalmente es más complicado de hacer. Todos nos vestimos cada día y cerrar un lenguaje estético en vestuario coetáneo es más complejo, hay menos presupuesto y aun así, se pasa más por encima.
¿Se deben de seguir estrictamente todos los patrones de la época ambientada o en alguna ocasión se han tenido que hacer algunas adaptaciones?
Depende del proyecto. Los hay más realistas e historicistas y otros generalmente para televisión, que se afinan de algún modo a la época. Por ejemplo, en la serie Gran Hotel ambientada en el año 1900, se intentó utilizar un vestuario más fluido pero siempre con rigor histórico. Sin embargo, en los años veinte de Las chicas del cable fue algo más ajustado al igual que en los años cincuenta de Velvet donde se maquilló a la España franquista y oscura del momento y se presentó a una España prácticamente equiparable a París. Pero en general, todas las series de época se adaptan a la actualidad para llegar más al público.
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